M e m o r a r i o

Monday, March 27, 2006

Yo también me anudo.


Mis amigos de http://www.poesiaenformadepajaro.blogspot.com/ han iniciado un pequeño homenaje a el poeta, que consiste en reproducir su poema en forma de pájaro en los blogs.
¿Te anudas?

Otra cosa: Revisando la Internet encontré una entrevista a Jorge Eduardo Eielson hecho por nada menos Julio Ramón Ribeyro en el año 1995. Aquí se las dejo:

¡A Dios!.., donde los tuyos.


Este día hay que señalarlo con piedra negra:
Falleció el poeta Jorge Eduardo Eielson.

A diferencia de lo que se cuenta en "El Quijote", donde por costumbre se señalan los días más felices con piedras blancas, hoy (ayer), miércoles 8 de marzo de 2006, marcaremos ese día como el más triste para las letras peruanas de los últimos tiempos, pues el poeta Eielson nos ha dejado irremediablemente.

Adiós amigo Eielson

La primera y más viva imagen que tengo de Eielson es cuando en una conferencia virtual apareció con el rostro cubierto por una máscara. Entonces, aún no identificaba las señas de su rostro, pero sí había escuchado hablar mucho de él, tanto en los medios impresos como en los círculos de conversación de la universidad. Las referencias que habría podido conseguir en los libros eran escasas: Parece increíble, pero en todo mi paso por la universidad, no logré dar con ningún libro de el poeta. Sólo al cabo de ellos pude conseguir información adicional, y principalmente pude hallar su obra, que era lo que más me interesaba. Pero aun así lo hice a través de otros medios (la Interntet me fue de mucha ayuda en este sentido). Cuando estuvo así, con las manos entre la careta, sosteniéndola a la altura del rostro, dejó en suspenso a toda la sala. El silencio se apoderó de todos nosotros y yo mismo quedé mudo. Y de inmediato sin esperar más la sorpresa y el silencio cedió y dio lugar a las interjecciones de admiración y a las risas cómplices que resonaron por toda la sala. Los aplausos rompieron estallar y bajaron como en cascada por todo el auditorio. Esa fue la primera imagen que tengo de él, del poeta Jorge Eduardo Eielson, y es tal vez la que me acompañe por siempre cada vez que oiga mencionar su nombre. A-Dios! amigo, que es el lugar donde en estos momentos debes de estar, con los tuyos.

Desde Caspita.


¡Felicitaciones a Santiago Roncagliolo, ganador del premio Alfaguara!

De un tiempo a esta parte nuestras letras están dando que hablar internacionalmente. Y no podía ser de otro modo: Algunos de nuestros más importantes narradores y poetas han recibido sendos reconocimientos y premios que dejan en un lugar de honor a la literatura peruana. Uno de ellos, y tal vez el más el joven de todos, es este escritor de 31 años radicado desde hace cinco en España. En su caso debe de ser bien merecido, pues hacerse una carrera en un país nuevo, alejado de la compañía de sus familiares, y atravezando condiciones difíciles como las que tienen que atravezar muchas veces miles de inmigrantes en esa tierra, es desde luego un logro digno de elogirse. Y más aún siendo un escritor joven como es. Lo que llama la atención no obstante la significación de este premio (es el primer peruano en recibir el Alfaguara), es la inusitada sucesión de lauros que han venido a recaer, casi uno detrás de otro, sobre sus respectivos dueños. Salvo algunos espacios prolongados, todos han venido a juntarse en un periodo relativamente reciente. ¿Cómo puede explicarse esta buena racha de las plumas nacionales? Alonso Cueto, Jaime Bayli, Corcuera, Mirko Lauer, Santiago Roncagliolo y Germán Belli. ¿Simple casualidad?¿O es que detrás de todo esté la mano de un hado travieso que quiere beneficiar esta vez a sus servidores nacionales? En cualquier caso que se quiera, tanto en los más experimentados como en los más jóvenes, estos reconocimientos no son sino el fruto de un arduo trabajo y de una disciplina constante. ¡Felicitaciones a todos ellos, y en especial, a Santiago Roncagliolo!

Salimos a Alta Mar.


¿Otra vez pensando, Caspita?

Hace varios años atrás, cuando aún era muy pequeño, mi madre solía reñirme cada vez que me encontraba como ido:-¿Qué estás haciendo, muchacho? -decía. -¡Haga algo más productivo, vamos, vamos...!Y batía las palmas como para que reaccionara y me acarreaba inmediatamente a hacer algo más práctico como lavar los platos sucios o a repasar las lecciones del colegio. Sólo el grito, que resonaba por toda la casa, me producía y me produce hasta ahora un miedo indecible. Bien en la cocina, en la sala, o bien en el pasadizo, su grito destemplado y agudo me sorprendía en medio de la soledad en la que me encontraba y me extraía de golpe de ella. Lo cual me producía muchas veces un susto prolongado. Mi madre estaba convencida, dentro de la tradición que ella había heredado de sus padres y éstos a su vez de los suyos, que la única forma de surgir y prosperar era en base a una actitud progresista en la vida. Como lo habían hecho sus padres y casi toda la rama de parte de su madre. Por ello, en cada momento que podía, no tardaba en hacernoslos recordar. Sobre todo a mí, que era el más ensimismado y dilatorio de los hermanos, y el que daba mayores señales de estarse llendo derecho a la perdición. Y en esos instantes en que me hallaba distraído o atontado me despabilaba de una sola vez, recordándome que debía de ser así o asá, como el primo Chiristian, ése sí tendría futuro en la vida, y yo escuchando todos sus gritos con el dolor de quien sabe que sus palabras irían como dardos a clavarse en el corazón, sin atenuante alguno. Tal vez fue lo único que le reproché a mi madre. Que no fuera consciente de que todo lo que dijera, a mí o a mi hermano menor, calaría hondo en nosotros, y que se manifestaría en cualquier momento en nuestra madures. Pero dentro de todo, su forma de proceder no respondía sino a la preocupación natural que tenía por nosotros. Tal vez mis "escapadas" de la tierra le preocupaban porque no eran propias de un niño de mi edad, y que en el futuro tal vez me harían mucho daño, como en efecto así fue, y que desde todo punto de vista razonable era más juicioso actuar como obró mi madre. Los nuevos tiempos ya no están para esas cosas. La reflexión o el recogimiento están cada vez más en desuso. Este pequeño espacio, de reciente creación, y gracias al inapreciable medio de las blogs, me permiten mantener viva esa sana tradición Y como el pensamiento humano es tan impredecible y dado muchas veces a caprichosos rumbos, se encontrarán en su recorrido con también caprichosos e inusitados textos. Unos menos "serios" que otros. O el mismo "¿Otra vez pensando, Caspita?" que vertebra y acoge a todas las demás secciones. De cualquier forma, a todos aquellos que sientan un gusanillo en el fuero más interior de su cuerpo, que se remueva en ellos con inquietante vigor y a los que desean encontrar un momento de reposo en sus vidas, les brido esta página hecha con el único ingrediente que no sea la honestidad. La honestidad de mis pensamientos y sentimientos, que le imprimen a cada palabra el aliento, el pálpito y el flujo vivo de la corriente de mis venas corriendo bajo cada caracter de cada una de sus palabras.

Día Internacional de la Mujer.


La Mechita

A Josefina Torres le viene sobrando el IV Congreso Internacional de la Mujer de Bejín. A ella lo que le acarrea preocupaciones es su hija la Meche. Cuánto daría porque su única hija gozara de lo que ella nunca pudo siquiera imaginar. ¿Los derechos?, claro que le importan, pero no para ella, sino para su hija la Meche. Sabe que está muy vieja para esas cosas, su hija, en cambio, tiene apenas 22 años. Le gustaría que consiguiese su buen trabajito, un marido que la quisiera de verdad y no le ande zurrando, y que apapache muchos críos. Porque ella recuerda las penas que le sobrevino y que la sumió por años cuando se enteró por boca del médico comunal que no podría tener más hijos. Lloró como nunca. Una pequeña sombra desde entonces le veló la mirada. A partir de ahí le viene insistiendo a la Meche que se las haiga con su buena cantidad de niños. Pero Meche pega el grito al cielo. “No madre. A lo sumo dos: un hombrecito y una mujercita”. Igual Josefina Torres se pone contenta.Josefina Torres desconoce lo que se discuten en las organizaciones feministas. Pero sabe que trabajan por sus derechos. Aunque igual no se sientan por su pueblo. Por ejemplo, la Marta, esa, de los Chachayma, de juntito a la bodega, su marido le para dando de alma; o la Gertrudis, ¿te acuerdas?, la que se fue a Lima. No quiero decirlo pero se dedica a la mala vida. Un hombre pariente suyo se la llevó a la capital diciéndole que allá le iba a dar de todo y que no le faltaría nada. Y ya ves, con el tipo de vida que le viene a dar. Aquisito nomás, para no irnos muy lejos, la Luzmilita perdió la vida dando a luz. O mejor dicho, no quiso alumbrar sino enceguecer la vida de su pequeña criaturita. Porque la verdad es que aquí hay gente muy pobre que apenas puede consigo misma. Entonces muchas ñañas como la Luzmilita tienen que ir a esos lugares escondidos. Y vaya uno a saber las calidades de esos lugares. Y así nos pasaríamos enumerando a la Josefina, la María, la Cintia, la Estefanía, y muchas otras que se las avienen como pueden con sus problemas. “Espero que con mi Mechita no pasen esas cosas” – dice Josefina Torres. “Por eso te digo que sí me interesan sus derechos”.Mercedes Obregón Torres, 'Mechita', espera pronto su partida a Lima. “Porque tienes que seguir educándote” – le decía Josefa. “La educación es una rueda que si se detiene estanca todo”, recordaba que le decía su madre. Va recomendada muy especialmente a sus tíos de San Juan de Lurigancho. Mechita siempre quiso seguir Enfermería desde que vio cómo unas muchachas atendían a unos niños de su pueblo. Ahora sólo espera conseguir un trabajo ni bien llegue a Lima. Sabe que va a ser muy difícil. Ha oído que muchos jóvenes se van de su país porque no hay trabajo. O si se quedan lo hacen en condiciones muy penosas. Con todo, espera salir adelante. Por su madre Josefina, por ella, y por los hijos que vendrán.

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